IV
Hay momentos que son para cada cosa, por ejemplo sabés que en invierno podés llegar a tomar un delicioso helado, pero preferís una taza de café con alguna cosita dulce, de esas que tienen nombres mega cursis y raros, pero son adictivamente placenteras comer más de un par de ellas.
Es cuando sentís que es el momento adecuado de dejar de pensar en lo que va a pasar mañana y empezar a pensar en que hacer dentro de media hora.
Se nota a leguas que llegó, ese mes que si o si te deja con una camisa llena de gotas a las 5 p.m, aunque en el pronóstico diga que no lloverá dentro de dos semanas. Es cuando a las 10 p.m, un jueves cualquiera, sentada/ o en un bar, agarrás un vaso escarchado con toda la pasión del mundo, como agarrando una copa mundial de algún campeonato el cual tanta gente sigue y decís: SOY FELIZ.
Es cuando el rating de onomásticos está on the top, todos cumplen años, ella, la más chiquita pero igual a ella, los amigos lejanos, un par de seres del otro planeta que no ves hace mucho, porque perdiste ese tema que a ellos les gustaba por eso ya no vienen tan seguido, él también festeja su cumple, hasta ese árbol con la corteza rasgada, la más allegada a mis días también lo hace, por eso capaz tenga tantos amigos que cumplen años en este mes, porque son tan iguales todos que sé más o menos como manejar la situación y no morir en el festejo.
Qué sería sin este mes en tu vida, ibas a dejar de vivir la experiencia que te brinda, como la de pasar de un día totalmente soleado a un día lleno de nubes furiosas que cantan al ritmo del viento que dice venir con toda la onda del otoño.
Todo esto y capaz mucho más que no me estoy acordando en este momento, pero vos sabés y sentís que en el fondo hay un corazón que late con más fuerza porque llegó Abril, el mes que sin percatarse, es el mes de los colores más lindos, los grises, los marrones se convierten sin querer en fulminantes luces incandescentes dentro de tu caja de pensamientos, gracias a la cual te das cuenta de que Abril, es el mes de los meses.
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